En la noche de ayer se presento en la Fundación Puerto Colombia- Estación Ferrocarril de Bolívar la muestra cinematográfica Nairobi Half Life del director David “Tosh” Gitonga. Durante 96 minutos mi atención se sumergió en el drama de la vida de Mwas (Joseph Wairimu) actor principal de la película, el cual en medio de una realidad bastante difícil no deja de luchar por su sueño: ser actor. Hay muchísimas cosas que me impresionaron de la historia, sobre todo de los diálogos tan reales y sinceros que ponen al espectador a reflexionar acerca del papel que tienen como individuo en las sociedades actuales de tanta complejidad.
En medio de todo Mwas logra salir de su pueblo natal para embarcarse en la travesía de Nairobi, capital política y financiera de Kenia; Allí es cuando empieza, como él mismo lo dice: “una doble vida” entre estar consiguiendo su sueño, cuando de repente se ve parado en un teatro ganando una audición, y estar conociendo ese mundo de la calle donde de repente se termina en prisión por un robo, una pelea, un muerto…
En medio de una escena que tiene que representar en la obra de teatro en la que ha ganado la oportunidad de actuar, él se encuentra junto con otro personaje, metidos en un cofre gigante escondiéndose de los dueños de la casa en la que se han metido a robar; Es allí cuando, a mi parecer, Mwas tiene los momentos más sinceros e introspectivos de la película; se pregunta, se confunde, se intenta responder, en fin.. tiene la oportunidad de refugiarse de todo, de acurrucarse y esperar un final feliz en la vida real, como también en la obra que esta representando.
Esta excelente producción que todo el tiempo me mantuvo en un constante drama teatral, musical y visual termina reflejando el mensaje de un actor que esta actuando su propia realidad, y ese mensaje es de lucha, de persistencia, de igualdad, de compañerismo, de respeto; un llamado a concientizarnos de la situación de los demás y hacer algo al respecto. Es también un mensaje de precaución de la linea tan delgada que existe entre lo que nos hace daño y lo que posiblemente no. Definitivamente es una historia para recordar lo importante que es, nunca dejar de creer en las capacidades de uno mismo.
Hago un llamado a la comunidad de no desaprovechar estas oportunidades de tener en Puerto Colombia este tipo de proyecciones; en la noche de ayer eran contados los espectadores que decidieron tomarse un rato de su tiempo para sumergirse en esta producción.
Los y las invitamos a participar de toda la agenda cultural que tenemos y a multiplicar la información para que a este tipo de piezas artísticas se les saque todo el jugo posible.