Fotografías y texto: Diana Rivera P. 2015
Una vez más el protagonista que se roba la atención de este espacio es el Muelle de Puerto Colombia, algo que empezó siendo un lugar con el único fin de darle vida a estas tierras, terminó siendo ese protagonista principal que nunca puede faltar en un relato y sin el cuál la historia no tendría inicio ni final.
Andrea Del Gallego Barrios, barranquillera, Comunicadora Social, amante de las letras, e innumerables características más que valen la pena investigar; una tarde de abril cuando su Puerto querido la enamoró recorriendo descalza esas extensiones de arena dorada, aguas grises, lunas que nacen con cada amanecer y soles que se despiden en cada atardecer; decidió vertir su inspiración en los cimientos, el aliento, las penas y lamentos, las ilusiones y logros, que este Muelle centenario ha recibido de las olas que le quitan el aliento y del caminar lento y voraz de la humanidad con su “progreso”. En un poema nostálgico, que invita a imaginarla recorriendo las playas entre cocadas, cumbias, mango biche y sus memorias; Andrea convierte su alma en aquella estructura que cae a pedazos, por montones, por todo lado, desmigajando su corazón, en ese Muelle olvidado que la recibe.
Voy a dejar que sea la misma Andrea quien haga un abrebocas de este regalo que le ha querido hacer a Puerto Colombia; sin duda, uno que enriquece el alma de todos los que disfrutamos navegar por aquí, mimetizando la realidad a través del ARTE con una canción, una danza, una pintura, una fotografía, alguna que otra escultura, unas cuantas letras o simplemente el arte de aprender a respirar.
“Cuando pienso en un lugar para vivir sin duda digo: Barranquilla, ahí nací, ahí están mis raíces. Pero cuando deseo recargarme, soñar, reflexionar, reiniciar una y otra vez, voy a Puerto Colombia. Comerme un raspao en la pequeña plaza, recorrer el malecón, sentarme en lo que queda de su muelle, hablar con algún pescador y ver un dorado atardecer me alegra el alma, me desestresa, me cura cualquier mal del corazón; Puerto es mi medicina. De ahí que este poema lo escribí una tarde de abril, sentada en el muelle, mientras con el vaivén de las olas llegaban a mi mente recuerdos, sentimientos y lágrimas que afloraron y terminaron en el papel.
Barranquilla y Puerto Colombia están tan cerca, que es imposible para mí no amar estos dos lugares por igual. Su gente, ambiente, hospitalidad y brisas son las mismas…hasta el color de las olas del mar de Puerto lleva en sus corrientes la esencia del rio Magdalena que baña a Barranquilla”.
Pues bien, ahora si los dejamos sin mas palabras que las mismas palabras que componen esta pieza poética, esperando disfruten de ese recorrido profundo, nostálgico y cariñoso que de seguro cualquiera que haya pisado las playas de Puerto Colombia, ha llevado consigo para sus memorias.
Mi viejo muelle
Presurosa golpea la brisa tus cimientos
Las olas que te vieron nacer, hoy te quitan el aliento
¡Oh mi viejo muelle!… cuantas penas y lamentos
ilusiones, logros y extranjeros llegaron por ti, con progreso.
Entre aguas grises, sol y luna
La arena dorada
La cocada y la cumbia…
Me envuelves entre la poesía y la historia
Entre el mango biche y mis memorias.
Mi puerto querido
No vivo en ti, no soy tuya
Me enamoraste una tarde de abril
Mientras recorría descalza, aquella extensión tuya.
Hoy me duele el alma,
Se cae como tu estructura, a pedazos, por montón
Mi corazón se amigaja
Oh mi viejo muelle, como a ti, me han olvidado sin razón.
Andrea Del Gallego Barrios