“Yo recuerdo mucho el muelle y puerto de Puerto Colombia, mi abuelo y mi papá trabajaron allí y yo seguí ese mismo rumbo, pero en el Puerto de Barranquilla porque ya habían cancelado operaciones aquí, a pesar de todo, este lugar sigue conmigo en mi memoria por esos bellos momentos que viví, grandes experiencias, saltando del muelle, viendo hermosos atardeceres, incluso pescaba.” Vidal Antonio Conrado, 79 años, pensionado del Puerto de Barranquilla.
“Mis abuelos fueron inmigrantes europeos, en mi familia aún se conservan algunas fotos de la Antigua Estación del Ferrocarril, y todavía se cuentan las historias vividas de la primera vez que llegaron a Puerto Colombia, cómo se establecieron, que expectativas tenían, una de estas historias es cuando llegaron y vieron por primera vez este lugar ellos cuentan que fue impresionante, así que tenerlo aún presente en mi vida significa mucho para mí.” Teresa Santos, 73 años, profesional en diseño textil y decoración (actualmente artesana).
“Ojalá las próximas generaciones puedan valorar lo que significa la memoria de nuestro pueblo. Este fue un lugar donde se vivieron momentos históricos y donde muchas familias, como la mía, construyeron sus vidas. No quiero que olviden cómo era el Puerto antes de que cambiara tanto, cuando el muelle era un lugar de encuentro, cuando todos los vecinos se conocían y ayudaban. Me gustaría que aprendan a cuidar y respetar este lugar, para que siempre conserve el alma de lo que fue.” Claribel Camargo, 69 años, artesana.
“Me gustaría que las futuras generaciones entendieran que Puerto Colombia fue más que un lugar de paso; fue un punto de encuentro para personas de todo el mundo que llegaban con sus sueños y se integraban a nuestra comunidad. Recuerdo cómo veíamos llegar barcos y nos llenaba de orgullo saber que nuestro puerto conectaba a Colombia con el resto del mundo. Me gustaría que los jóvenes sepan que lo que hoy ven como un sitio turístico fue alguna vez el corazón de la economía y la cultura en esta región.” Marco Rico, 63 años, arquitecto.
“Desde mi punto de vista, la fundación ha hecho que nuestras memorias no se pierdan. A veces siento que los jóvenes no entienden lo importante que fue el puerto para nosotros, para el país, pero con las actividades que organiza la fundación, como los recorridos históricos o los cine foros, ayudan a despertar el interés a conocer nuestra historia. Me parece bonito que los más pequeños se acerquen a preguntar por los eventos, talleres, eso antes no pasaba.” Lisbeth Santiago, diseñadora Textil y artista Plástica (actualmente artesana del colectivo Estacionarte) de 55 años.
“Las fotos que tiene la Fundación Puerto Colombia en su página web, nos muestran la simplicidad de cómo vivíamos antes, y creo que es un valor que necesitamos rescatar hoy. Todo era más sencillo; no había tantas distracciones y las personas apreciaban más los momentos y las relaciones. Vivíamos con lo necesario y valorábamos cada pequeño logro. A través de estas fotos, espero que las personas aprendan a valorar lo esencial, a cuidar lo que tienen y a llevar una vida en armonía con los demás y con nuestro territorio.” Yolimar Bellano, 64 años, ama de casa.
Hortensia Sánchez, directora de la Fundación Puerto Colombia: “Considero que hemos sido un pilar fundamental en la preservación de las memorias e historias de Puerto Colombia, hemos logrado crear un espacio donde los adultos mayores no solo se escuchan, sino que se valoran y se comparten con las nuevas generaciones sus recuerdos y experiencias. A través de nuestras diversas actividades, como talleres, recorridos, exposiciones y conversatorios, hemos permitido que esas historias se mantengan vivas, recalcando la importancia de preservar nuestras raíces para que los más jóvenes comprendan de dónde vienen.
Hemos trabajado arduamente para recopilar y documentar no solo los grandes eventos históricos, como la construcción del puerto o la llegada de los inmigrantes, sino también las pequeñas historias cotidianas que forman parte del tejido social de Puerto Colombia. Para mí, uno de los logros más significativos es ver cómo todas las personas especialmente los adultos mayores encontramos, en la Fundación un espacio donde nuestras voces y vivencias tienen un valor incalculable, y cómo estas mismas historias inspiran, conectan y reúnen a quienes quizás nunca vivieron esos tiempos, pero que hoy sienten esa herencia como suya.”
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